miércoles, 23 de enero de 2013

Solo hace los deberes si me siento con él

Mi hijo tiene 8 años y todas las tardes la misma lucha: tengo que sentarme con él a hacer los deberes e ir explicándole uno a uno lo que tiene que hacer. Si lo dejo solo no hace nada. De esta forma le tengo que dedicar toda la tarde. Me gustaría que fuera más autónomo. No me importa aclararle alguna duda, pero que hiciera la mayoría solo. ¿Qué puedo hacer?

1. POR QUÉ SE PRODUCE
Este problema se puede producir por alguna o varias de las siguientes circunstancias:
a. Se ha creado un hábito
El niño se ha acostumbrado a realizar los deberes con su madre (o con otro adulto) y se ha establecido el hábito de hacer los deberes acompañado, explicándole las instrucciones de lo que tiene que hacer y se confirme si la tarea está bien hecha o no.
b. Dependencia
Además se ha creado una dependencia del adulto: no es capaz de afrontar las tareas por sí mismo.  El niño suele expresar rápidamente que no entiende o no sabe lo que tiene que hacer. Normalmente cuando tiene que hacer un ejercicio pregunta directamente : ¿Qué hay que hacer? De esta forma no intenta buscar soluciones o alternativas para resolver lo que le están pidiendo.
Por otro lado, necesita que papá o mamá le confirmen que está haciendo lo correcto. Si lo hace solo no sabe evaluar su propia realización
c. Dificultades de aprendizaje
En otros casos el problema se agrava si hay dificultades de aprendizaje. Por diferentes motivos el niño o la niña no sabe realizar las tareas porque no las ha aprendido, no dispone de conocimientos previos o  se encuentra tan retrasada en el aprendizaje que es incapaz de afrontarlas.
Imagínese el caso que estamos presentando de 8 años que tiene que leer un texto y realizar unas tareas de comprensión, pero su nivel de comprensión lectora apenas llega a comprender oraciones sencillas: no está en condiciones de afrontar la tarea que se le pide. Muchos niños tienen tales lagunas y retrasos en los conocimientos previos necesarios que no están en condiciones de afrontar los aprendizajes que se le proponen.
No disponer un cierto vocabulario, comprensión lectora o razonamiento matemático le impide afrontar muchas materias.
d. Se refuerza una conducta inadecuada
Al realizar las actividades con la ayuda de su madre o padre, está recibiendo una atención especial: los adultos están centrados totalmente en lo que está haciendo. Recibir atención de forma exclusiva siempre es reforzante para los chicos y contribuye a que esa conducta se mantenga en el tiempo.
El comportamiento que se quiere corregir (estudiar con ayuda de un adulto) obtiene un “premio”: la atención exclusiva de sus padres, que hace que ese comportamiento se afiance más.

2. QUÉ HABRÍA DE LOGRAR
Antes de intentar modificar este comportamiento es necesario tener presente dos situaciones:
a. Estar dispuesto a cambiar la situación
En primer lugar los padres tienen que estar dispuestos a hacerlo, puedan llevarlo a cabo y tengan la determinación de adoptar las medidas. Algunas familias no lo están  por razones que ahora no voy a entrar. En otros casos, estarían dispuestos pero no disponen del tiempo o la paciencia para llevarlo a cabo. Y en otros casos no existe la determinación: saben que van a ceder, que no van a ser constantes …
En cualquiera de los tres casos es mejor ni siquiera  intentar nada de lo que os propongo. Ya lo afrontaréis cuando podáis o queráis. Pero amagar” suele empeorar las cosas y hacer más complicado volver a intentarlo.
b. Si hay dificultades de aprendizaje
Si una de las causas es que el niño o la niña tiene dificultades de aprendizaje, lo importante no es cambiar este hábito sino afrontar las dificultades.
Pueden recibir un refuerzo o apoyo escolar en el colegio, la ayuda de un profesor particular o en este caso, de los propios padres.
En casos más graves, el niño o la niña necesite que la enseñanza se le adapte y se le propongan objetivos y contenidos que puedan estar a su alcance.
Los más indicados para saber si el niño tiene dificultades de aprendizaje son sus propios profesores: tened muy en cuenta su opinión.

3. CÓMO CONSEGUIRLO
Los pasos a seguir serían los siguientes:
1º. Explicarle la situación
A partir de los 7 u 8 años los niños y niñas deberían hacer los deberes solos. Si se quiere conseguir que lo hagan les explicaréis previamente lo que se pretende y los motivos por los que debe ser autónomo en este aspecto. Aunque parezca que no tiene importancia, que los niños sepan lo que se pretende y las razones, es fundamental para que se sientan implicados y dispuestos a hacerlo
Se lo ofreceréis como un privilegio, no como un castigo o una consecuencia negativa.
2º. Marcar un tiempo de principio y fin
El tiempo dedicado a los deberes tiene que ser limitado: con principio y fin. Muchas familias pasan horas durante la tarde y el tiempo de los deberes concluye cuando estos se acaban. Suele ser un error ya que en estos casos se pierde muchísimo tiempo.
Mejor avisar que a determinada hora se termina y si los deberes no están terminados, al día siguiente intentará aprovechar más el tiempo.
En estos casos se puede avisar a sus profesores de que durante unos días se está llevando a cabo este “tratamiento”
3º. Estar con él en la mesa
Durante los primeros cinco días aproximadamente, los padres pueden estar sentados en la misma mesa que él, a cierta distancia, pero sin implicarse en la tarea. Es decir, no le leerán las instrucciones ni le explicarán lo que tiene que hacer.  Tendrá que esforzarse por entender lo que se le pide o buscar una forma de solucionar por sí mismo las tareas.
Cuando falten unos minutos para terminar podrá explicarle algunas dudas, pero será algo muy puntual. No pasa nada porque no lleve los ejercicios sin hacer, en ese caso se le dirá al niño que explique a su profesor que no sabía qué hacer. Es mejor que el profesor sepa que no sabe hacerlos que llevarlos hechos, pero en realidad sin dominar la tarea.
4º. En la misma habitación pero alejados
En una segunda fase, se puede permanecer en la misma habitación que el niño, pero sentado en otro lugar. Por ejemplo, el niño o la niña trabaja en la mesa del comedor y mamá o papá está sentado en el sofá leyendo un libro. Esto se puede seguir durante otros cinco días aproximadamente.
5º. Trabajar en solitario
En la última fase  el niño trabajará ya solo en su mesa y habitación. Al principio los padres pueden estar  presentes pero abandonarán de vez en cuando la sala en la que esté haciendo los deberes. Más adelante estará solo desde el primer al último momento.
6º. Reforzar
Es muy importante reforzar la conducta adecuada, no la inadecuada. Eso implica “sorprenderlo” cuando esté trabajando solo, dar muestras de satisfacción por las tareas que sabe afrontar sin ayuda, valorarle y reconocerle que sepa buscar soluciones por sí mismo.

Al principio será costoso, no os lo niego, pero ¿qué queremos? ¿Que su hijo “cumpla el expediente” de llevar los deberes hechos (en su mayoría por los padres) al colegio o que su hijo sea autónomo y sepa solucionar la primera responsabilidad seria de su vida, los estudios?

Fuente: Jesús Jarque García, pedagogo y orientador
             http://www.jesusjarque.com/

jueves, 17 de enero de 2013

Escuela de padres: 10 buenos hábitos que te ayudarán a organizar el estudio de tus hijos
  1. Ten todo el material de estudio de tus hijos reunido en un mismo espacio y lugar, de esta forma será más sencillo tener todo lo que necesitan a mano y no perderán tiempo buscando cada cosa por un sitio de la casa.
  2. Clasifica el material de uso cotidiano de cada uno de tus hijos en un lugar específico solo para ese hijo, puede ser una balda de una estantería, un revistero de cartón, una caja de plástico…
  3. Clasifica el material impreso que tengas por áreas y ciclos, usa un archivador que vayas actualizando constantemente, o revisteros de cartón con etiquetas (ciencias de 4º, lenguaje de 6º, etc.
  4. Ten cestas, cajitas, botes, etc., donde los lápices, colores, rotuladores, pinzas, gomas, sacapuntas, encuadernadores, chinchetas, etc., estén clasificados y al alcance de la mano de forma fácil.
  5. Dedica cada día un rato a pensar y preparar qué haréis mañana. Tener todo a punto te adelantará mucho el día siguiente.
  6. Cada día, al terminar vuestro tiempo de estudio, haz que tus hijos te ayuden a recoger y dejar todo en su sitio de nuevo, así mañana lo podrán volver a utilizar con facilidad.
  7. Utiliza un temporizador. Tiene varias utilidades, por un lado sirve para que el niño sepa que solo estará haciendo esa actividad equis minutos si se trata de algo que el niño no disfruta tanto pero tú consideras que es necesario que lo haga, saber que son solo esos minutos y no más les ayuda a concentrarse y sacar adelante esa tarea que saben que tiene un fin cercano. Por otro lado, cada vez que dejes a los niños haciendo solos algún trabajo y tú te vayas a la cocina ponte un temporizador y cada 20 o 30 minutos, cuando suene, ves a ver cómo van, si necesitan ayuda, etc.
  8. Revisa cada año que material quedó ya obsoleto para la edad de tus hijos y deshazte de él, regálalo, dónalo, o tíralo si no lo puede aprovechar otro niño ya. Vaciar de material que ya no utilizas tu casa dejará más espacio para ordenar y organizar mejor el que sí usas y para poder adquirir nuevo material que te interese.
  9. Lleva control de todo lo que estáis haciendo y de lo que tenéis pendiente en una agenda o planificador. Anotar todo te ayudará a que cubras lo que vayas dejando y a enfocarte en tus objetivos para con el estudio de tus hijos.
  10. Programa sesiones regulares en tu agenda para revisar lo que estáis haciendo y cómo y si hay alguna cosa que deseas modificar o hay algo que quieres implementar, etc. La revisión constante de lo que se está haciendo te ayuda a mejorar y a adaptar lo que haces a las necesidades de tus hijos todo el tiempo.